Un tipo de trastorno de control impulsivo, cuyas causas no se comprenden con claridad. Puede afectar hasta el 4% de la población mundial. Las mujeres tienen una probabilidad cuatro veces mayor de resultar afectadas que los hombres.
Es un hábito o comportamiento recurrente e irresistible dirigido a arrancarse el propio cabello o los vellos de distintas zonas del cuerpo. Puede definirse como un trastorno de la conducta que puede llegar a manifestarse en un arrancamiento compulsivo del pelo, produciendo desde pequeñas pérdidas de cabello hasta calvicie severa. Puede presentarse en niños, pero la edad clave del padecimiento es entre los 9 y 13 años.
Su desarrollo puede estar influido por depresión o estrés. La mayoría de los tricotilómanos creen que son los únicos que padecen el trastorno. No pueden dejar de arrancarse el pelo y tampoco saben por qué lo hacen.
La ligera molestia que resulta del arrancamiento se convierte en sensación de alivio, relax y confort cuando se ha hecho. El comportamiento se presenta como un ritual desde los que se lo arrancan y se lo llevan a la boca, hasta los que juegan con el haciendo bolitas y lanzándolo o volviéndolo a romper en trozos más pequeños o también el hacer un montón para luego recogerlos y tirarlos por miedo a que los vean y les den algún tipo de reprimenda.
También algunos ingieren el pelo, lo que se conoce como tricofagia, produciendo obstrucciones severas en el aparato digestivo. A veces es frecuente que el trastorno vaya asociado a otros como la ansiedad o la depresión o con morderse las uñas.
El pelo es una producción de la piel en forma de filamento que se encuentra en casi toda la superficie del cuerpo y recibe diferentes nombres según su forma y su localización: pelo, pestaña, vello, etc. Su función es proteger a la piel de los agentes externos.
El pelo sufre influencias de todo el organismo: en particular hormonales, estrés, fatiga... Estas influencias actúan a nivel de "la fábrica del cabello", la papila dérmica, situada en la raíz del cabello. Esta papila es rica en células; sobretodo, contiene numerosos vasos capilares y cuyo número y actividad son esenciales. Cada día crecen nuevos pelos en la cabeza mientras otros caen, de acuerdo con un ciclo que se renueva ininterrumpidamente. En promedio, se pierden de 50 a 150 cabellos por día, pero la mayoría vuelve a crecer porque se mantiene el folículo. Cuando la caída supera al crecimiento del cabello, ocurre la calvicie.
El pelo crece en pequeños grupos llamados unidades foliculares, las cuales son estructuras complejas que incluyen de uno a cuatro raíces foliculares, glándulas sebáceas, músculo, terminaciones nerviosas y capilares vasculares. Se sabe que los niveles altos de estrés causan caída de pelo, que generalmente es temporal.
Enfermedades autoinmunes, el uso de ciertas drogas, otras enfermedades como el hipotiroidismo y la deficiencia nutricional, pueden también causar caída de cabello o promover el patrón de calvicie masculina temprano. Un trauma craneal acompañado por cicatrices puede causar un daño permanente a los folículos capilares.
Incluso peinados tirantes como una trenza puede crear tensión que pueda inflamar los folículos capilares, destruyéndolos y deteniendo el crecimiento del cabello. Sin embargo el 95% de las veces la caída del cabello y la calvicie son genéticas (androgénica).
La alopecia androgénica es una condición que consiste en la miniaturización capilar, la cual es un proceso donde las raíces del pelo son remplazadas gradualmente por cabellos más finos, frágiles, de menor diámetro, longitud y profundidad, hasta desaparecer completamente.
La alopecia puede presentarse a edad muy temprana. Su aparición suele provocar distintos grados de impacto psico-social, incluso pérdida de autoestima. Aunque existe la posibilidad, si se actúa a tiempo, de que el pelo crezca mientras esté presente la raíz.
Es importante, cuando se observe una caída progresiva del cabello, se empiece a poner remedio mediante un tratamiento específico anticaída. Se puede afirmar que la prevención es la mejor solución, ya que un mantenimiento correcto de la salud capilar, con un aporte externo e interno de elementos activos, hacen posible una reducción de la caída del cabello y en algunos casos el proceso se puede volver reversible, recuperando parte del cabello y devolviendo la salud, fortaleza y vitalidad perdidas.
La calvicie (alopecia) es mucho más frecuente entre los varones que entre las mujeres. Puede ser el resultado de factores genéticos, de envejecimiento, de enfermedades cutáneas locales y de las que afectan al organismo en general (enfermedades sistémicas). Algunas medicaciones, como las que se utilizan para tratar el cáncer, también producen caída de pelo.